La Divisa, Solar y Casa Real de la Piscina fue fundada por el Infante don Ramiro Sánchez de Navarra en su testamento, dado en 1110. También ordenó a su hijo don Sancho erigir una Basílica y albergar en ella las Reliquias que había traído desde Tierra Santa. La obra se terminó en 1136. Basílica y Divisa siempre han estado vinculadas.
Bien gobernada a través del tiempo por sus Patronos y sostenida por el ánimo de sus nobles Diviseros, la Divisa perduró hasta su desaparición en el siglo xviii, lo que causó a su vez el deterioro de la Basílica. No obstante, su recuerdo permaneció. Tras la restauración de la Basílica en 1974 por iniciativa de los descendientes de los antiguos Diviseros, la Divisa también fue restaurada, en 1975.
El Rey de Navarra don García Sánchez III el de Nájera (ca. 1012-1054) fue padre del Rey don Sancho Garcés IV (ca. 1039-1076), quien cayó despeñado en Peñalén el 4 de junio de 1076 cuando sus hermanos don Ramón y doña Ermesinda conspiraron para usurparle el trono: sin embargo, esa traición no les dio el resultado que deseaban. Don Ramón hubo de refugiarse con el Rey musulmán de Zaragoza, Al-Muqtadir, y falleció después de 1079.
Los nobles navarros rechazaron entonces que subiera al trono don García Sánchez, el hijo de don Sancho Garcés IV, por ser aún niño, y consideraron que era mejor Rey para ellos don Sancho Ramírez (ca. 1043-1094), Rey de Aragón y primo de don Sancho Garcés IV. Como consecuencia de ello, el reino navarro vio su destino, por un tiempo, unido al del reino aragonés e incluso parte de su territorio, La Rioja, pasó a formar parte del reino de Castilla.
El Rey don García Sánchez III el de Nájera tuvo además un hijo natural, llamado también Sancho. Éste fue el Infante don Sancho Garcés el Desterrado (ca. 1038-1083), Señor de Uncastillo y Sangüesa, que murió junto con muchos caballeros al servicio del Rey don Alfonso VI de León y Castilla en Rueda de Jalón el 6 de enero de 1083 en la traición dirigida por Albufac, gobernador andalusí de la plaza, entonces en el territorio del reino de Zaragoza. Don Sancho fue el padre del Infante don Ramiro Sánchez.
En ese contexto, el Infante don Ramiro Sánchez se estableció en Aragón y posteriormente en Valencia, donde gobernaban don Rodrigo Díaz de Vivar el Cid Campeador (ca. 1048-1099) y su esposa, doña Jimena Díaz (ca. 1046-1116). Allí se unió en matrimonio en 1098 con la hija mayor de éstos, doña Cristina Elvira.
Escudo de la Divisa sobre la entrada de la Basílica de Santa María de la Piscina. Réplica de 1975 del original de 1530.
Cuando el Papa Urbano II predicó la I Cruzada, cuenta la tradición que el Infante don Ramiro Sánchez se unió a ella bajo el mando de Godofredo de Bouillon. Y que al entrar en Jerusalén al frente de un grupo de caballeros navarros, el 15 de julio de 1099, lo hizo en la ciudad por el sector de la conocida Piscina Probática de Bethesda, allí donde Nuestro Señor Jesucristo realizó algunos de sus milagros, que aún se conserva, y encontró un trozo de la Vera Cruz y una imagen de Santa María, que se suponía tallada por el Apóstol San Lucas. Regresó con estas Reliquias.
Antes de su muerte, acaecida en 1116, don Ramiro nombró herederos en su testamento del 13 de noviembre de 1110 a sus hijos don García y don Sancho.
A don García, don Ramiro le dejó como sucesor en sus derechos dinásticos sobre el trono navarro: fue el futuro Rey García Ramírez IV el Restaurador (fallecido el 21 de noviembre de 1150), cuando murió el Rey aragonés don Alfonso el Batallador y los navarros no acataron sus últimas voluntades y quisieron que les gobernara un Rey de la línea de don García Sánchez III el de Nájera.
Don Sancho, por su parte, quedó como heredero de las posesiones de don Ramiro en la Sonsierra de Navarra, el territorio de Peñacerrada. Don Ramiro dispuso además, en recuerdo de su presencia en Jerusalén, que don Sancho edificara en la Sonsierra una basílica dedicada a Santa María de la Probática Piscina, cuyas proporciones debían reproducir las de la Piscina de Bethesda, para alojar en ella las Reliquias que había traído de Jerusalén consigo: los restos de la Vera Cruz y la imagen de la Virgen, a la que habría que festejar cada 15 de agosto.
Con el objeto de contribuir al mantenimiento de la Basílica, la custodia de las Reliquias en ella guardadas y la conservación de la memoria de su herencia dinástica y su nobleza, el Infante don Ramiro fundó al mismo tiempo para su progenie la Divisa, Solar y Casa Real de la Piscina. De ella sería primer Patrono su hijo don Sancho.
Don Ramiro nombró en su testamento albacea a su pariente don Virila, abad del monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos), lugar en el que se redactó y donde están enterrados los mismos don Ramiro y doña Cristina Elvira. A continuación se reproducen algunos fragmentos significativos de dicho testamento, en su versión original en latín y en su traducción:
In Dei nomine Amen. Notum sit cunctis Christi fidelibus, quod ego Remirus Sanchez Dei gratia Rex Navarrae, Begorre, Comes et Dux Cantabriae facio hanc cartam mei testamenti et ultimae voluntatis, existens meorum sensuum potens et intelectus qualia Divinae misericordiae placuit mihi conferre. Primum animam cunctarum rerum Conditori Domino Deo commendo, qui eam de nichilo misericorditer creavit, et quando spiritum meum susceperit, corpus in hoc Monasterio cum meo Cido, cum uxore castissima Elvira dilectissima coniuge mea, et sorore et aliorum piorum christianorum sepulchris terrae redendum mando: cui Monasterio illas Reliquias mecum de Hierosolima portari, ut ibi serviant Deo et christianis relinquo [...]
De bonis insuper reliquiis meis commito tibi dilecto meo Domino Berile Abbati ut in honorem Beatissimae Virginis Mariae et memoriam peregrinationis meae in Hierosolimam, ecclesiam cum suo territorio, quae imaginem refferat Piscinae Sacrae Hierosolimitane intraquam Domino revelante Crucis Sacrae sanctae portionem inveni; studeas fabricari, et divisam Regum predecessorum meorum Regni Navarrae [...], ita posteritali meae, tam Regibus quam militibus de sanguine meo venturis, gerendam relinquo, si observaverint politiam et legem militarem [...] Item mando, quod in illa casa et divisa in qua sucessurus est postquam Eclesia Dominae nostrae de la Piscina fabricata fuerit, sis ipse Dominus et patronus, et tui sucessores post te jure perpetuo [...], nisi tantum de genere et nomine nostro per lineam rectam tam Garciae Regis futuri (si Deus voluerit) sucessores, quam milites de la Divisa Fidalgui. Quoniam sicut a majoribus meis ego habui, ita vobis filiis meis in signum honoris et dependentie vobis et vestris sucessoribus trado. Si Regnum perdidimus, títulos non abnegamus...
(Transcripción del testamento original en latín, adaptada de la que aparece en Hergueta, Narciso: «Noticias históricas de la Real Divisa e Iglesia de Santa María de la Piscina fundadas en San Vicente de la Sonsierra», en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, año X, n.º 6, junio de 1906, pp. 500 a 502.).
En el nombre de Dios. Amén. Notorio sea a todos los fieles (Cristianos), que yo, Ramiro Sánchez, por la gracia de Dios Rey de Navarra, Conde de Begorra y Duque de Cantabria, hago esta escritura de mi testamento y última voluntad, hallándome sano y en posesión completa de mi entendimiento y de mis sentidos, tal y como la misericordia Divina tuvo a bien concederme. Primeramente encomiendo mi alma a Dios, que por su misericordia la creó de la nada, y cuando mi espíritu abandonare esta vida, dispongo que mi cuerpo reciba sepultura en este Monasterio, con Mío Cid, con mi amadísima Doña Elvira, mi castísima cónyuge, con mi suegra y demás cristianos piadosos que en él estan sepultados. Mando a dicho Monasterio las Reliquias que traje conmigo de Jerusalén, para que en ellas sea Dios servido por los cristianos [...]
Del resto de mis bienes doy comisión y encomienda a ti, mi amado Abad Don Viria, para que en honra de la Beatísima Virgen María y en recuerdo de mi peregrinación a Jerusalén, edifiques una iglesia con su territorio, que en la fábrica sea semejante (a imagen) a la Sagrada Piscina de Jerusalén, en la cual hallé por revelación de Dios una parte de la Santa Cruz, y que tenga la Divisa de mis predecesores los Reyes de Navarra [...] Así también la dejo a mis descendientes, así Reyes como soldados, que vinieren de mi sangre, con tal que guarden la policía y leyes de caballería [...] Ítem mando (a mi hijo Sancho), que hayas de suceder en la dicha Casa y Divisa, después que la Iglesia de Nuestra Señora de la Piscina fuere fabricada, y que tú seas el Señor y Patrón, y después, tus sucesores por derecho perpetuo [...] sólo los de mi linaje y nombre por línea recta, así de García, futuro Rey, si Dios quiere, sucesores, como los demás siendo todos hidalgos para poder ostentar la Divisa. Porque como yo las recibí de mis mayores, así entrego a vosotros, mis hijos, y a vuestros sucesores, como un símbolo de honor y dependencia. Que si el Reino perdimos, el título no renunciamos...
(Traducción del testamento en Salazar y Acha, Jaime de; y Ceballos-Escalera y Gila, Alfonso de: La Divisa, Solar y Casa Real de la Piscina, Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, Madrid, 1993, pp. 71 a 73).
Repostero con el escudo de armas de la Divisa, en la Basílica de Santa María de la Piscina.
La Basílica de Santa María de la Probática Piscina de Jerusalén fue construida en el año 1136 y consagrada el 1 de agosto del año siguiente por el obispo de Calahorra, don Sancho de Funes. Aún se alza junto al pueblo de Peciña (cuyo nombre se deriva precisamente de Piscina), como proindiviso de los Diviseros, en el municipio de San Vicente de la Sonsierra, en La Rioja. Muestra sobre su puerta de entrada el escudo de la Divisa de la Piscina instalado ahí en el siglo xvi (el que se puede ver es una reproducción hecha en 1975, porque el original estaba muy deteriorado). Adosada al edificio se construyó una Casa-Solar para la Divisa, de la que hoy no quedan restos.
Don Sancho Ramírez fue así el primer Patrono de la Divisa. Prolongó su apellido, dando lugar al de Ramírez de la Piscina. Tres fueron sus hijos: el mayor, don Ramiro, heredó el Señorío o Condado de Peñacerrada; el segundo, don Sancho, obtuvo el Señorío de Arellano, originando a los Ramírez de Arellano; y el tercero, don Martín, heredó el Señorío del Campo de Puelles, raíz de los Ramírez de Puelles. Estos vástagos de don Sancho Ramírez de la Piscina, además de la Casa Real de Navarra, fueron el origen de los linajes del tronco genealógico de la Divisa de la Piscina.
Basílica y Divisa han permanecido unidas a lo largo de la Historia con el Patronato de los descendientes del Infante don Ramiro Sánchez y extendiéndose a numerosas familias que conservaron memoria de su raíz común. La ordenanza séptima de los Estatutos o Capítulos, Ordenanzas y Establecimientos de la Divisa, del año 1537, anota lo siguiente sobre este carácter de nobleza y herencia histórica común y múltiple a un tiempo: «Divisa en nuestro propósito quiere tanto dezir como honrra de solar conoscido y casa de armería, sola y en un Reyno señera, fundada por un noble fundador aviente derecho-recto a la Casa Real y partyda en muchas».
Los Diviseros no dejaron de reunirse cada 15 de agosto para celebrar una Misa solemne en honor de la Virgen. La línea sucesoria de los Patronos se mantuvo sin interrupción desde don Sancho Ramírez de la Piscina hasta don Juan Ramírez de Montoria, al que le privó de sus posesiones el Rey de Navarra don Carlos II el Malo, aliado del Rey don Pedro I de Castilla en su guerra contra su rival, don Enrique de Trastámara, futuro Rey Enrique I de Castilla, a cuyo bando había ayudado don Ramiro Gómez de Arellano, séptimo Patrón de la Divisa y padre de don Juan, en 1366 en la Segunda Batalla de Nájera (llamada también Batalla de Valpierre, en la que muchos Caballeros Diviseros murieron por don Enrique). Don Carlos II le concedió el Patronato de la Divisa a su Montero Mayor, don Pedro Pérez Sarmiento.
La Divisa fue después entrando en un largo periodo de decadencia, hasta que en 1534 el doctor don Diego Ramírez de la Piscina ganó el Patronato en pleito en la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid contra los usurpadores. A raíz de ello, se procedió a reestructurar la institución, se expulsó a los intrusos y se redactaron los nuevos Estatutos, que datan de 1537 y sustituyeron a los anteriores, de 1504.
Se sucedieron en el Patronato los Ramírez de Arellano, los Condes de Aguilar de Ynestrillas, los Condes de Murillo y nuevamente los Ramírez de la Piscina de la Casa de Ábalos. El último Patrono de la época antigua de la Divisa fue don Francisco Antonio Ramírez de la Piscina, Arcediano, Comisario de la Cruzada y Vicario general del Arzobispado de Toledo, que falleció en 1724. Del 24 de noviembre de 1739 data el último asiento en el Libro de Actas de la Divisa, conservado aún gracias a la familia Larrea de Elciego (Álava), heredera del último Secretario de la Divisa.
Al desaparecer el último Patrono, la Divisa se desintegró y no se celebraron más ni las Misas ni las tradicionales comidas anuales de hermandad de los Diviseros el día de la Virgen de agosto. En 1752 cesó el culto en la Basílica, que entró en un progresivo estado de ruina. La imagen de la Virgen se trasladó a la Parroquia de San Vicente de la Sonsierra y luego a la ermita extramuros de Nuestra Señora de los Remedios, donde actualmente se encuentra. La Casa-Solar adosada a la Basílica quedó abandonada, fue casi destruida en la Guerra de la Independencia y por último se derribaron sus muros en enero de 1836. No fue el final para el futuro que había deseado el Infante don Ramiro Sánchez, sin embargo.
Santa María de la Piscina, destruida tras la francesada y la I Guerra Carlista, en un grabado de 1849.
La Basílica de Santa María de la Piscina, en 1906.
Como quiera que las circunstancias de los tiempos causaron la disminución de esta piadosa Corporación e Institución histórica hasta su desaparición en el siglo xviii, sin que en ningún momento se perdieran su memoria y tradición familiar, se restauró dentro del mismo ideario y espíritu originales: sus causahabientes lograron la restauración del templo en 1974 y, al año siguiente y con la aquiescencia del Obispo de Calahorra, La Calzada y Logroño, constituyeron la Divisa, Solar y Casa Real como «Cofradía Divisa».
Los Capítulos, Ordenanzas y Establecimientos, a modo de nuevos estatutos, se aprobaron el 11 de febrero de 1975. Se nombró entonces una Diputación, encabezada por el Marqués de Legarda como Patrón heredero en línea directa de los Ramírez de la Piscina de la Casa de Ábalos y un Alcalde Mayor, el Duque de Veragua, quien tras fallecer en 1986 fue sucedido por el Marqués de Vargas.
De este modo, después de la restauración y de tantos siglos, los diviseros han vuelto a reunirse cada año en su Basílica-Casa Solar el 15 de agosto, festividad de la Virgen, y han reanudado las comidas de hermandad y su preocupación por promover su legado y sus funciones asistenciales.
Réplica de la escultura románica original de Santa María de la Piscina, realizada por Javier Pangua y bendecida en la Junta de Diviseros del 15 de agosto de 2008.
Retrato idealizado de don Sancho Ramírez, primer Patrono de la Divisa, con treinta años. Lo encargó don Gil Ramírez de Arellano, el decimotercer Patrono, para la «Galería de Antepasados» de su palacio de Villaescusa de Haro. Luego se integró en la «Galería» de los Marqueses del Moscoso en su Hacienda del Loreto (Espartinas, Sevilla).
Sepulcro de don Francisco Antonio Ramírez de la Piscina, último Patrono de la Divisa de la época antigua. Iglesia de San Esteban Protomártir (Ábalos, La Rioja). Escultura barroca, s. xviii.
Escudo: dos lobos y encima de cada uno un cordero con la cabeza vuelta hacia atrás, al que agarra con la boca.
Escudo: tres escudos, en cada uno dos lobos y los lados de los escudos cuatro figuras que agarran las orlas de dichos escudos.
Monasterios de San Millán de la Cogolla: Suso (arriba) y Yuso (abajo).
Claustro del Monasterio de Yuso de San Millán de la Cogolla.
Se puede consultar en las siguientes referencias información adicional sobre la historia, evolución, organización, funcionamiento, patrimonio y personajes de la Divisa: